Construcción en zonas costeras: un reto permanente

Las zonas de playa suelen tener construcciones rústicas y paisajísticas, que confieren a esos territorios un carácter especial, un atributo diferenciador que fomenta el turismo y un ambiente relajado. Sin embargo, estas construcciones sufren los efectos de los agentes medioambientales que provocan su deterioro, necesitando un elevado coste de mantenimiento y cuidado durante todo el año. Ahora, somos conscientes de que los materiales de construcción avanzados tienen un ciclo de vida más largo y su uso como materiales de construcción puede ayudarnos a evitar muchos disgustos.
Los retos de la construcción en zonas costeras son principalmente dos: la humedad, que provoca corrosión y proliferación de hongos y moho; y el deterioro causado por las termitas, una plaga frecuente en las construcciones de madera, comenta Martín Grez Walker, arquitecto que, desde hace más de 15 años, se ha especializado en la construcción cerca de la costa.

La humedad costera dilata la madera, favoreciendo la proliferación de microbios como hongos y moho. Cuando la madera se seca, «los hongos y el moho quedan atrapados en su interior, estimulando su reflorecimiento con cada episodio de humedad», describe Grez. Los hongos y el moho son un grave problema en la construcción. No sólo hace que los materiales se manchen, afectando a su aspecto y tacto y dando un aspecto general de suciedad. También deteriora los materiales, afectando a su duración, y afecta a la salud humana por inhalación de esporas.

En cuanto a las termitas, se ven en todos los climas, especialmente en los cálidos y húmedos, por lo que las zonas costeras son un gran foco de prevalencia. Los daños que las termitas pueden producir en las estructuras de construcción son enormes. Éstas entran en la casa por los suelos, adentrándose en cimientos y pilares, afectando al núcleo del edificio al alimentarse de la celulosa y las bacterias que allí viven. Las termitas pueden pasar desapercibidas, depositando larvas en los cimientos, sólo para hacerse evidentes cuando ya es demasiado tarde. Esto se ve en la remodelación de casas «cuando levantamos el suelo podemos verlos en las vigas, los cimientos, en todas partes» añade Martín.

Los productos disponibles actualmente en el mercado para controlar los hongos, el moho y las termitas son agentes químicos altamente tóxicos, que pueden manchar e impregnar la madera con sustancias químicas para impedir la propagación microbiana. Pero como tienen graves consecuencias negativas para nuestra salud, cabe preguntarse si es mejor la solución que el problema.

Las tecnologías antimicrobianas pueden resolver estos dos problemas de forma eficaz, segura y permanente: Un panel de madera OSB protegido con tecnología Copptech. En primer lugar, ser antimicrobiano significa que no permitirá que microbios como el moho, los hongos y las termitas crezcan en el material, creando un entorno hostil en el que no pueden sobrevivir. Al ser una solución sin productos químicos, no afectará negativamente a los trabajadores de la construcción ni a los usuarios finales. También permite que los materiales duren más tiempo, al no sufrir los daños producidos por termitas, hongos y moho. La tecnología Copptech funciona de forma permanente y continua. Al formar parte del propio material, no requiere constantes reaplicaciones ni mantenimiento.

No cabe duda de que los materiales de construcción de alta calidad, que duran más y aportan soluciones seguras y eficaces a los problemas de construcción en las zonas costeras, son una tendencia creciente, en la que la gente busca protección frente a los microbios, porque afectan directamente a su bienestar.

Junto a los paneles OSB protegidos Copptech, puede encontrar otros materiales de construcción antimicrobianos como hormigón, lechada, melamina, tubos de pvc, entre otros. Visite https://www.copptech.com/cstaging/industry/ para más información.